La infanta Margarita de Austria – Diego Velázquez

1660, óleo sobre lienzo,  212 x 147 cms, Museo del Prado.

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Comentario de la obra «La infanta Margarita de Austria» de Diego Velázquez

A pesar de la falta de tiempo, Velázquez sigue realizando para la familia real algunos bellísimos retratos en los cuales perfecciona su técnica. 

Es precisamente de estos años la producción de retratos de los pequeños infantes, que proporcionan al pintor la oportunidad de traducir a la pintura la delicadeza de la gracia infantil unida a la vena de melancolía que a veces se encuentra en los niños. Este cuadro, que Velázquez no llega a terminar y que será concluido por su discípulo y yerno Juan Bautista del Mazo, será su obra postrera.

Las manos y la cabeza pueden atribuirse  al discípulo, sobre todo el rostro, «de técnica un tanto ppbre y cansada», como comenta con acierto Pantorba. Tampoco la cortina del fondo es digna del maestro.

Por el contrario, nada se puede comparar al vestido de enorme miriñaque, rosado y plateado, con reflejos tan sorprendentes que a poca distancia nos ofrece juegos de luz de la realidad más poética. Muy bello es también el gran pañuelo que pende de la mano derecha, mientras que en la izquierda tiene un ramillete de rosas y violetas.

El traje, descrito por el catálogo del Museo del Prado como «valona cariñana, jubón degollado de grandes haldas, guardainfante -miriñaque- rosa de lama de plata», resulta, no obstante su actual extravagancia, de una incomparable belleza y elegancia.

La infanta Margarita, hija de Felipe IV y Mariana de Austria, desde 1649 segunda esposa del rey, nació en julio de 1651 y todos sus retratos de mano de Velázquez  son anteriores a 1660, fecha de la muerte del pintor.

Existe una réplica de este retrato, más corta y de medio cuerpo, con un broche en el pecho que muestra el águila bicéfala del imperio austríaco, que pudiera ser obra de Mazo.

El discípulo de Velázquez la retrata de nuevo hacia 1666, año del matrimonio de la infanta, de luto por la muerte de su padre. Margarita murió en Viena en 1673 y está enterrada en la cripta imperial de la iglesia de los Capuchinos.

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