Felipe IV de negro – Velázquez

1655, óleo sobre lienzo,  69 x 56 cms, Museo del Prado.

felipe iv de negro

De este retrato existe otra versión conservada en la National Gallery de Londres,  considerada por algunos posterior a la del Prado.

La diferencia entre los dos retratos radica en que, en el del Prado,  Felipe IV aparece vestido con una tela sedosa, mientras que en el de la National Gallery de Londres lleva una traje de paño o terciopelo sin lustre, exhibe bordados en las mangas y botones dorados y luce  el Toisón de oro.

En este lienzo, el retrato del soberano resulta extremadamente intenso, más interiorizado. De Felipe IV,  vestido de seda negra, despojado de los símbolos de la realeza y con una sencilla gorguera, se percibe sobre todo su carácter moral.

Los dos retratos son, según Pantorba, los únicos del rey que han quedado de todos los que Velázquez realizó, ambos de mano del maestro y no copia uno de otro, ya que Felipe IV aparenta en la obra del Prado dos o tres años menos que en el de Londres. 

Felipe IV , hijo de Felipe III y de Margarita de Austria, nació en 1605 y subió al trono en 1621. Según Pacheco, el primer retrato del soberano realizado por Velázquez se remonta a agosto de 1623. Estos dos son probablemente los últimos.

Durante un cuarto de siglo podemos seguir las huellas del tiempo en sus rasgos, que manifiestan una cierta tristeza y fatiga en los últimos retratos, cuando los problemas políticos, tanto en la Península Ibérica y en Europa como en las Indias, van en aumento.

Seguramente, Velázquez no quiso señalar esas profundas desilusiones en el rostro del soberano: el rey tiene que mantener su distanciamiento, la indiferencia a las circunstancias que le rodean.

Esto ayuda a comprender la expresión un poco ausente y lejana de los últimos retratos del monarca ejecutados por Velázquez,  siempre sincero aunque respetuoso para con su soberano.

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