Fauvismo

El Fauvismo es un movimiento pictórico surgido en Francia entre los años 1904 – 1908. Posteriormente se extendió por diferentes países…

Barges on the Seine, pintura fauvista de Vlaminck
Barcas en el Sena, obra de Vlaminck

¿Qué es el Fauvismo o Arte Fauvista?

El Fauvismo es un movimiento artístico que se desarrolló entre 1905 y 1908, aproximadamente, en Francia. Su nombre proviene de la palabra francesa “fauve”, que significa “fiera” o “animal salvaje”. Este término fue acuñado por el crítico de arte Louis Vauxcelles, que al ver las obras de los pintores fauvistas en el Salón de Otoño de 1905, las comparó con fieras que rodeaban una escultura clásica.

Los fauvistas buscaban expresar su sensibilidad y su emoción a través del color, sin atenerse a las reglas de la representación naturalista. Para ello, utilizaban colores puros y contrastados, sin mezclarlos ni matizarlos, creando efectos de vibración y luminosidad. Los fauvistas también simplificaban las formas y las líneas, eliminando los detalles y las sombras. Así conseguían crear obras con una gran fuerza expresiva y una gran libertad creativa.

¿Cuándo y dónde surgió el Fauvismo?

El Fauvismo surgió en Francia a principios del siglo XX, en un contexto histórico marcado por la modernización, la industrialización y la urbanización de París, así como por las tensiones políticas y sociales que precedieron a la Primera Guerra Mundial. Estos acontecimientos influyeron en el espíritu rebelde e inconformista de los artistas fauvistas, que se oponían al arte académico y oficial que se exhibía en el Salón de París, la institución más prestigiosa y conservadora del arte francés.

Los fauvistas se agruparon en torno a Henri Matisse, considerado el líder del movimiento. La mayoría de ellos habían sido alumnos del pintor simbolista Gustave Moreau, que les había animado a experimentar con el color y la forma. Los fauvistas también se inspiraron en otros artistas como Paul Gauguin, Vincent van Gogh o Paul Cézanne, que habían introducido elementos novedosos en la pintura, como el uso del color, la simplificación de las formas o la ruptura con la perspectiva.

El Fauvismo se manifestó principalmente en el campo de la pintura, aunque también tuvo repercusión en otras disciplinas artísticas como la escultura o la cerámica. El Fauvismo se dio a conocer al público en el Salón de Otoño de 1905, donde los pintores fauvistas expusieron sus obras junto a las de otros artistas vanguardistas como André Derain, Maurice de Vlaminck, Albert Marquet o Georges Braque. La exposición causó un gran escándalo entre el público y la crítica, que no entendían ni aceptaban el nuevo estilo.

La Pintura Fauvista

En el Salón de Otoño de 1905, las telas de Matisse, Derain y Vlaminck escandalizaron a la crítica, que se indignó ante ese “tarro de pintura arrojado al rostro del público”.

El nombre genérico de “fauves” (fieras), que el crítico Vauxcelles dio en 1905 a estos jóvenes artistas, fue pronto retomado de forma peyorativa. Los periodistas hostiles se referían a estos artistas como una “jaula de fieras”; sin embargo, en tan solo cuatro años ellos lograron desvincular la pintura de la órbita impresionista y abrieron el camino al cubismo, la abstracción, el expresionismo y el futurismo.

“Los colores tienen tal influencia sobre el espíritu que basta con observar durante un tiempo un color para dejarse llevar hacia un orden de ideas muy diferente de aquel experimentado previamente”, escribió Eugene Delacroix a mediados del siglo XIX, quien fue el primero en pintar sombras con color, haciendo triunfar la luz sobre la concepción imperante hasta ese entonces respecto de la realidad.

Posteriormente, los impresionistas suprimieron el negro de su paleta y concedieron menor importancia a la observación estrictamente óptica de la realidad: abandonaron la imitación literal y lograron una nueva libertad en pintura, liberación que se alcanzaría definitivamente con Cézanne.

El Fauvismo, efímero pero decisivo

Cronológicamente, el fauvismo fue el primer movimiento de vanguardia del siglo XX. Henry Matisse (1869-1954), “el rey de los fauves”, fue el líder del grupo y su representante más influyente. A su vez, recibió el influjo de Gauguin y fue alumno del pintor simbolista Gustave Moureau.

La perspectiva, el modelado y el conjunto de las técnicas de imitación de la naturaleza heredadas del siglo XIX fueron sustituidas por el uso de colores puros, dispuestos de manera plana, y de líneas curvas para delimitar las formas.

El primer cuadro fauvista de Matisse, “La alegría de vivir”, respondía a estos postulados de la pintura moderna: afirmación de la pintura y saturación de los colores.

Para los fauvistas, la imitación de la naturaleza dejó de ser la apuesta de una pintura decididamente moderna. Se trataba más bien de transponer el motivo en un registro autónomo.

La pintura se volvió hacia el lenguaje, un lenguaje no articulado que se cargó, sin embargo, de una nueva sintaxis, esencialmente cromática. A las “impresiones” de sus ilustres predecesores, los fauvistas sustituyeron la “expresión” por el color.

¿Qué factores favorecieron el desarrollo del Fauvismo?

El desarrollo del Fauvismo estuvo favorecido por varios factores, tanto internos como externos al movimiento. Entre los factores internos, podemos destacar:

  • La influencia de algunos artistas precursores, como Paul Gauguin, Vincent van Gogh o Paul Cézanne, que habían introducido elementos novedosos en la pintura, como el uso del color, la simplificación de las formas o la ruptura con la perspectiva.
  • La amistad y la colaboración entre los artistas fauvistas, que compartían ideas, técnicas, estilos y temas. Los fauvistas se reunían frecuentemente en cafés, talleres o casas de campo, donde intercambiaban opiniones y consejos. También viajaban juntos a diferentes regiones de Francia o al extranjero, en busca de nuevos motivos para pintar.
  • La creación de un lenguaje artístico propio y original, que se alejaba de las convenciones académicas y buscaba una mayor libertad y experimentación. Los fauvistas utilizaron recursos como el color puro y contrastado, la pincelada suelta y gestual, la forma simplificada y esquemática o la perspectiva distorsionada.

Entre los factores externos, podemos mencionar:

  • El contexto histórico y social de Francia y Europa, que ofreció a los fauvistas un escenario dinámico y diverso para plasmar sus obras. Los fauvistas se inspiraron en los acontecimientos políticos, económicos y culturales de su época, como la modernización de París, las exposiciones universales, los movimientos sociales o las tensiones bélicas.
  • El contacto con otras culturas y corrientes artísticas, que enriqueció el repertorio estético y temático de los fauvistas. Los fauvistas se interesaron por el arte primitivo, el arte medieval, el arte oriental o el arte africano, que les aportaron una visión diferente y exótica del mundo. También se relacionaron con otras vanguardias europeas, como el expresionismo, el cubismo o el futurismo, que les influyeron e intercambiaron influencias.
  • El apoyo de algunos críticos de arte, coleccionistas, galeristas y mecenas, que difundieron y valoraron el arte fauvista. Algunos de estos personajes fueron Louis Vauxcelles, Ambroise Vollard, Daniel-Henry Kahnweiler o Gertrude Stein.

Características del Fauvismo

Para entender el Fauvismo debemos conocer sus características:

  • El color es el centro en las creaciones de los artistas fauvistas.
  • Se limitaban las formas con contornos oscuros.
  • Al darle tanta importancia al color, en ocasiones, los artistas dejan de lado algunos aspectos como el modelado o la perspectiva.
  • Los pintores fauvistas buscan formas más allá de la representación por mímesis de la naturaleza, condición heredada desde tiempos de aristóteles. Esta nueva búsqueda genera cierta abstracción en las obras pictóricas. Esta nueva condición, terminaría desembocando en nuevos movimientos pictóricos como el Cubismo o la Abstracción.
  • En el Fauvismo se emplean trazos toscos y discontinuos con toques rápidos cargados de energía.
  • A través de las obras se intenta transmitir una sensación de esponataneidad.
  • Ejecuciones muy someras y directas.
  • Liberación del color respecto al dibujo.
  • El Fauvismo se caracteriza también por exaltar los contrastes cromáticos.
  • Nace el modelo de colores RYB: Se clasifican los colores en Primarios, Secundarios y Complementarios.
  • Los artistas fauvistas perciben la naturaleza y lo que hay a su alrededor en función de sus sentimientos. Posteriormente lo transmiten a sus pinturas.

Pintores destacados del Fauvismo

Andre Derain (1880-1954)

Fue un pintor francés, representante del fauvismo, movimiento del cual fue una de sus figuras más destacadas. Abandonó sus estudios de ingeniería para asistir a una academia y dedicarse a pintar. En esa academia (Academie Carriere) conoció a Matisse y Vlaminck.

En un principio, Cézanne ejerció una fuerte influencia sobre su pintura y más tarde se sintió fascinado por la obra de Van Gogh. Mantenía una estrecha relación con Matisse, con el que pasó el verano de 1805 en Collioure, donde comenzó a utilizar la técnica puntillista.

Arte Fauvista - Derain

Bajo la influencia de la pintura de Signac, Derain aplicaba los colores puros, sin mezclar, sobre un lienzo blanco. La presentación de las obras de Derian junto a las de Matisse, Vlaminck y otros jóvenes artistas, en el Salón de Otoño de 1905, les valió el conocido apelativo de fauves por parte de la crítica.

Marchó a Londres en 1906 para repetir la experiencia llevada a cabo unos años antes por Monet en su serie sobre el Támesis. En la capital inglesa pintó un conjunto de obras que constituyen el punto álgido de su periodo fauvista.

En 1907 entabló amistad con Picasso y Braque, con los que compartía su nuevo interés por el arte primitivo, que influyó en sus esculturas de piedra. En 1908 destruyó gran parte de su obra para concentrarse en una serie de paisajes en los que partía del constructivismo de Cézanne y de una cierta influencia del incipiente cubismo de Picasso y Braque.

Después de pasar cuatro años en el frente durante la Primera Guerra Mundial, su pintura se hizo más clásica, bajo la influencia de Corot y de los grandes maestros del clasicismo.

Maurice de Vlaminck (1876-1958)

Nacido en París, hijo de músicos, llegó a ser uno de los grandes dentro del fauvismo. Decidió convertirse en ciclista profesional hasta que la fiebre tifoidea puso fin a su carrera deportiva.

No fue hasta 1900, después de un encuentro fortuito con Derain durante un periodo de permiso del servicio militar, cuando por fin decida dedicarse seriamente a la pintura. Su amistad con Derain durará toda la vida. Su primera aparición pública como artista fue en el Salón de Otoño de 1905.

Cuadros Fauvistas - El puente de Chatou - Vlamink
Pintura Fauvista – El puente de Chatou – Vlaminck

Durante la Primera Guerra Mundial reside en Ruan, época en que empieza a escribir poesía. Había publicado con anterioridad dos novelas, en 1902 y 1903, ambas de temática pornográfica e ilustradas por Derain.

Tras la guerra viajará extensamente por Francia, aunque la mayor parte de sus obras son ejecutadas cerca del Sena, en las proximidades de París. Sus temas predilectos durante el periodo de la Segunda Guerra Mundial son paisajes y bodegones, caracterizados por una paleta sombría y pinceladas gruesas.

Henri Matisse (1861-1954)

Algunos lo consideran el líder o precursor del Fauvismo. A lo largo de toda su carrera, durante más de 50 años, Matisse se consagró a proporcionar autonomía a la construcción del espacio pictórico a través de un tratamiento expresivo del color.

Obras Fauvistas - Lujo, calma y voluptuosidad
Pintura Fauvista – Lujo, calma y voluptosidad – Matisse

Matisse buscaba “construir” un cuadro en oposición a los medios tradicionales, como la perspectiva o el claroscuro. De Cézanne conservó la configuración mediante el color en detrimento del modelado. De Signac, retuvo el color puro sin el método (pincelada dividida).

De allí nació la voluntad de tratar el color por sí mismo de manera expresiva, es decir, sin preocuparse por la imitación; así daría inicio al fauvismo. Esta fue solo una experiencia breve para Matisse, puesto que pronto se dedicó a trabajar en la ecuación de color “cantidad-calidad”, que le condujo a utilizar superficies de colores planos (sin matices ni efectos de materialidad), esto es, a escoger el plano coloreado en detrimento del efecto de profundidad.

El diálogo clásico entre la forma y el espacio se vio así completamente trastocado por los imperativos de la expresión, es decir, de composición. Matisse afirmaba que los detalles reducen la pureza de las líneas y debilitan la expresión, de allí la simplificación.

En este sentido, la sensación de espacio se expresaba a través del color y de algunas discretas alusiones (escorzos, juegos de escalas) y no mediante el sistema de perspectiva tradicional. La representación del cuerpo se sometió a las exigencias de la composición, de modo que se transformaba en motivos rítmicos, de donde derivan las deformaciones.

Para Matisse, lo “decorativo” no se oponía a la expresión. Según él, la composición consistía en “el arte de ordenar de manera decorativa los distintos elementos de que dispone el pintor para expresar sus sentimientos”.

La superficie se consideraba un campo de fuerza en donde había que hacer jugar las tensiones. El arabesco, técnica gráfica y al mismo tiempo adorno, se utilizaba regularmente para trabajar la relación figura-fondo y la bidimensionalidad.

Matisse accedió a la decoración monumental con su obra “La danza” y con la capilla del Rosario en Vence, donde el color puro encontró en la luz de los vitrales su culminación inmaterial.

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