Vittore Carpaccio ( 1465 – Venecia, 1525/1526 )

Vittore Carpaccio partió de la tradición narrativa veneciana para contribuir a crear la fastuosa imagen que la próspera República veneciana estaba ansiosa de ofrecer al mundo.

Aunando su poderosa invención basada en la verdad, con un profundo racionalismo espacial y una fina sensibilidad para la captación de la luz y el color, en sus obras detuvo instantes de la vida de una ciudad que representó,  evocó y llegó a confundir con el Oriente fastuoso.

Joven caballero en un paisaje – Vittore Carpaccio

Biografía y obra de Vittore Carpaccio

Trabajó en importantes series religiosas para las escuelas venecianas, pero también cultivó el retrato y la pintura devocional, sobre todo en los últimos años de su trayectoria cuando, ante el ascenso de los grandes pintores venecianos del Cinquecento (Giorgione, Tiziano, Tintoretto) y el gusto por otro tipo de pintura lo apartaron de los grandes encargos.

Contemporáneo,  aunque más joven, de Giovanni Bellini,  Carpaccio fue el pintor que, de una manera más aguda, penetró en la vida de las gentes que habitaban en la Serenísima.

De formación un tanto discutida por falta de documentos o noticias ciertas que la verifiquen,  es indudable que se formó siguiendo la vena narrativa de los hermanos Bellini, en especial la de Gentile, pero también la de Giovanni, cuya influencia se adivina en algunas de sus obras de finales de siglo.

Por otra parte,  la claridad abstracta que ordena las arquitecturas de sus obras y algunos tipos iconográficos, hace pensar en la influencia de Antonello da Messina y, probablemente, de otros pintores como Andrea Mantegna e, incluso, Perugino, al tiempo que su precisión descriptiva alude a una manera de observar la realidad propia de la pintura flamenca.

Sus primeras obras narrativas parecen más miniaturas agrandadas de tamaño que lienzos murales. Su indecisión en la utilización de la perspectiva hace que sus composiciones no lleguen a adquirir una concepción espacial global, a pesar de que el color ya se muestra perfectamente entonado.

Pronto, sin embargo, estas indecisiones desaparecen y Carpaccio consigue una relación armónica entre las potentes vistas urbanas de los fondos de sus obras, que exaltan la Venecia que a finales de siglo se adentra en la «terra ferma», sin olvidar el mar que es la verdadera fuente de su grandeza, y la variedad de posturas, gestos y ademanes de las gentes que los habitan.

A pesar del detallismo de sus cuadros, en ellos todo está medido con absoluta precisión,  nada hay superfluo. Antes al contrario, cualquier detalle en su abstracción podría  vivir su propia existencia aisladamente del resto si no fuera porque la luz, una luz que nadie había dominado antes como lo hace Carpaccio,  los reúne en un todo espacial indisoluble. 

Obras famosas de Vittore Carpaccio

La despedida de los embajadores de Vittore Carpaccio

Encuentro de los novios y marcha en peregrinación

San Jorge y el Dragón

San Trifone amansa al basilisco