Paisaje montañoso – Joost de Momper

Siglo XVI, obra del renacimiento flamenco, óleo sobre lienzo, 140 x 162 cm.

Paisaje montañoso - Joost de Momper
Paisaje montañoso, obra de Joost de Momper

Comentario de la obra «paisaje montañoso» de Joost de Momper

Este lienzo se identificó casualmente, pues se registraba en la relación de obras de la colección del Banco Urquijo como pintura holandesa anónima (M.S. número 39). Las característicss del estilo y la numeración del antiguo inventario de origen dieron testimonio para su restitución a Joost de Momper (Díaz Padrón, 1970).

Se dibuja un amplio paisaje montañoso con ría y puerto al fondo lejano, bosques y una iglesia, abrazados a los lados por boscaje y rocas a contraluz,  valorando la inmensidad de un paisaje iluminado por la luz de la tarde, confundiendo cielo y tierra.

Un jinete en el primer plano da una limosna a una anciana  que suplica ayuda al borde del camino. El terreno es abrupto, con rocas irregulares y arbustos truncados por el viento y los caminantes.

A lo lejos, una iglesia y casas hacinadas en el puerto. Los contrastes de las zonas en sombra y a la luz son violentos,  como es típico en Joost, cargando de pasión la naturaleza, contrastando con la unidad tonal del generoso segundo plano.

La factura rápida y el toque a plena pasta triangular son propios suyos y la fórmula  de identificación más valiosa para nosotros. A juzgar por el estilo, es posible fecharla entre 1625 y 1630, pero a pesar de la persistencia de esquemas antiguos, los valores tonales referidos y la colina y el cielo fundidos hacen pensar en una obra madura dentro de la producción del artista.

El lienzo fue adquirido a los duques de Almazán, y antes de la casa Medinaceli, sin identificación precisa. Su estudio estilístico corrobora su restitución a Joos de Momper, localizando afortunadamente su registro en la testamentaria del marqués de Leganés  en 1654, con el número 129 que se lee en el ángulo inferior izquierdo, formando parte de un lote de seis, que se tasan en la colección del famoso primo del conde-duque de Olivares, a juicio de Rubens, el mejor conocedor de pintura del mundo.

El texto del inventario dice: «Sus pinturas de países de Momper de ermitaños y cazadores, de dos varas y tercia de alto y para diferenciar de largo, del número 126 hasta el 131 en 7.200» (López Navío, p. 275). Del mismo lote se había localizado años atrás un segundo paisaje de idénticas características y belleza, procedentes de la colección de los duques de Pastrana.