Siglo XVI, obra del renacimiento flamenco, óleo sobre lienzo, 101 x 166 cms.
Comentario de la obra «José vendido por sus hermanos» de Jan Wildens
El asunto asume la alegoría del engaño, afirmando la fuerza de las palabras. La mentira de los hermanos de José determinó los sentimientos del anciano progenitor. La historia se desarrolla en un amplio paisaje, distinto a las áridas arenas del desierto bíblico, de contrastes tonales más acusados en sus primeros y últimos planos.
Un árbol grueso sirve de dosel al grupo de hombres más próximos al espectador. A lo lejos, un segundo grupo , a escala menor, casas, ruinas, una planicie y montañas. La historia, qué estaba sin identificar, trata de la venta de José por sus hermanos, narrada en el Genesis: «Y sentados a comer vieron llegar a Galaad una caravana de ismaelitas cargados de aroma y bálsamo y mirra destilada, que iban con dirección a Egipto.
Entonces dijo Rubén a sus hermanos: «¿Qué ganaremos con quitar la vida a nuestro hermano y ocultar su muerte? Mejor es venderle a los ismaelitas, y no manchar nuestras manos porque al fin hermano nuestro es y de nuestra misma carne». Asintieron los hermanos sus razones.
Y mientras paraban unos negociantes madianitas, sacándole de la cisterna, le vendieron a aquellos ismaelitas, por veinte siclos de plata, quienes le condujeron a Egipto» (Génesis, 4, 37).
La representación de este asunto está en boga en el siglo XVII y con anterioridad, asociada a la vida de Jesús: José es vendido por sus hermanos y Jesús es traicionado por Judas por treinta denarios de plata (L. Réau: «Iconographie de l’art chretien» , 1974, t. II,p. 156); prefigura, pues, José a Cristo traicionado.
