Retrato de Doña Isabel de Borbón, obra anónima

Obra anónima del barroco Español, s. XVII, óleo sobre lienzo, 95 x 70 cms.

Retrato de Doña Isabel de Borbón, obra anónima
Retrato de Doña Isabel de Borbón, obra barroca anónima

Comentario de la obra «Retrato de Doña Isabel de Borbón»

Retrato de doña Isabel de Borbón, de más de medio cuerpo,  mirando de frente al espectador. Lleva amplia gorguera y voluminosos puños de encaje de Flandes. El traje y las mangas están labradas con flores y ricos joyeles en las hombreras y cuerpo; lleva un collar y cinturón de oro, esmalte y gruesas piedras, así como pendientes y aderezo de perlas en el pelo.

Del cuello cuelgan el gran diamante «El Estanque» y la célebre perla «La Peregrina». La mano derecha sujeta con elegancia un abanico y la izquierda se apoya en la cintura.

Isabel de Borbón fue hija de Enrique IV y María de Médicis.  Nació el 22 de noviembre de 1603 en Fontainebleau. Se casó por poderes con Felipe IV de España el 18 de octubre de 1614, no consumándose el matrimonio hasta el 25 de noviembre de 1620, en El Pardo, recién cumplidos los diecisiete años.

El 31 de marzo de 1621, a la muerte de Felipe III, comienza el reinado de Felipe IV e Isabel. Tuvieron dos hijos, el príncipe Baltasar Carlos, que vivió cerca de diecisiete años, y la infanta María Teresa,  futura mujer de Luis XIV de Francia.  Doña Isabel murió en Madrid el 6 de octubre de 1644 a los cuarenta años de edad.

Isabelde Borbón fue retratada en numerosas ocasiones.  El original de este cuadro, fechado en torno a 1620, se encuentra en el Museo del Prado  (número 1037). La identificación del personaje no se realizó hasta entrado el siglo XX.

En el catálogo del Museo del Prado de 1910 se tenía por «retrato de dama desconocida, quizá de la servidumbre de palacio en tiempo de Felipe II». Por el traje, típico del esplendor con que termina el reinado de Felipe III y comienza el de Felipe IV, no puede ser de la época de Felipe II, como se estimaba. Otro dato que sirvió para su identificación fue el de que lleva joyas reales, como el diamante y la perla mencionados.

La atribución del retrato del Museo del Prado es también muy problemática. En los catálogos anteriores a 1920 aparece como obra de Pantoja de la Cruz, que muere en 1608. Esta atribución ha sido totalmente descartada por las razones anteriormente mencionadas. La pincelada es dura y apretada, cargada de pasta de color en algunas zonas. El lienzo presenta un fuerte craquelado en forma de líneas verticales , particularmente visible en la cara  y fondo.

La técnica se separa de los sucesores de Sánchez Coello y Pantoja de la Cruz,  anunciando los esplendores de la escuela madrileña del siglo XVII.  Se trata de un magnífico retratista de principios de dicho siglo no estudiado todavía.