Expresionismo Abstracto. Acuarela sobre papel den Tabla. 95 x 63 cms. Expuesto en el Seattle Art Museum.
En sus varias veces citado ensayo «American-type Painting», Clement Greenberg escribía en 1955: «Posiblemente Mark Tobey (1890, Centeville -USA- / 1976, Basilea -Suiza-) fue el primero que pintó con éxito cuadros de caballete de los llamados «all-over», es decir, cubiertos de extremo a extremo de su superficie por motivos reproducidos uniformemente como si de un papel pintado de pared se tratara, que en consecuencia dan la impresión de repetir la pintura hasta el infinito desbordando su marco.
Tobey expuso las primeras muestras de su «escritura blanca» en Nueva York en 1944, pero Pollock no las había visto todavía cuando a finales del verano de 1946 pintó sus primeros cuadros «all-over» xon gruesos brochazos y franjas de pintura que al terminar el año se habían convertido en goteos y chorreos líquidos».
Como sucede tantas veces en los textos de Greenberg, la mención de un pintor -Mark Tobey en este caso- , sirve de pretexto para destacar más la originalidad de Jackson Pollock, su pintor favorito.
Desde entonces, la comparación entre las estructuras «all-over» de Tobey y de Pollock reaparececió una y otra vez, junto con el problema de su influencia recíproca, en los debates sobre la Escuela de Nueva York, por ejemplo cuando John Canaday, crítico de arte del New York Times, mencionaba en 1960 son solución de continuidad a dos pintores tan diferentes como ellos: «Mark Tobey y Jackson Pollock (un filósofo y un atleta)».
Aunque clasificada con frecuencia con la etiqueta histórica del expresionismo abstracto, la obra de Tobay escapa a las categorizaciones escuetas.
Nacido en 1890, Tobey era claramente mayor que los integrantes del grupo central de la Escuela de Nueva York.
En 1911 se trasladó a Nueva York, donde expuso por primera vez en 1917. En 1918 adoptó una decisión que repercutiría decisivamente en su obra posterior: se afilió al bahaísmo.
En 1934 escribió sobre los principios y la influencia de esta religión en su obra: «Desde el punto de vista del bahaísmo, todas las religiones se basan en la teoría de que se llega gradualmente a comprender la unidad del mundo y la unión íntima de la humanidad.
Enseña que todos los profetas son una unidad, que la ciencia y la religión son los dos grandes poderes que hay que equilibrar para que el hombre alcance su madurez.
Entiendo que mi obra acusa la influencia de estas creencias. He buscado descentralizar y penetrar en todas las partes de un cuadro para que se relacionen entre sí».
Durante sus múltiples estancias en el extranjero, sobre todo en Oriente Próximo y en Japón, Tobey se enfrentó también a la caligrafía oriental.
En 1935, al año siguiente de su estancia de un mes de duración en un monasterio zen cercano a Kyoto, comenzó la serie de sus cuadros de «escritura blanca»: signos caligráficos superpuestos en tonos blancos y claros cobre un campo de color abstracto y formados por innumerables pinceladas entrelazadas.
Partiendo inicialmente de lugares concretos, como en «Brodway» (1935), Tobey desarrolló en «Universal City» («Ciudad universal») el motivo de la ciudad en representaciones de carácter simbólico-abstracto de acuerdo con la línea del bahaísmo.
En «The Present Prospects of American Painting and Sculptur» («Perspectivas actuales de la pintura y escultura americanas») utilizando un tono veladamente crítico, Greenberg señaló en Tobey una «sensibilidad limitada, intensificada y repetitiva», cualidades estéticas que en los años sesenta tendrían un valor determinante y que contribuyeron indirectamente a que desde entonces Tobey se revalorizara de forma progresiva.