Santa Bárbara – Roberto Campin

Durante largo tiempo los especialistas han venido agrupando bajo el nombre provisional de «Maestro de Flémalle» un conjunto de obras que delataban un pintor contemporáneo de los Van Eyck, con una sensibilidad algo distinta que parece anunciar la de Van der Weyden tanto en los tipos, especialmente en los femeninos, como en su mayor gusto por lo dramático- y con un virtuosismo extremado en la representación de interiores.

Comentario de la obra «Santa Bárbara» de Roberto Campin

Para algunos criticos debía tratarse de una fase juvenil del propio Weyden; para otros serian obra de un Roberto Campin que según los documentos era el artista más famoso en ese tiempo en la zona de Walonia, y que fue maestro de Weyden.

Esta última hipótesis ha sido recientemente demostrada al hallar, en una de las obras más caracteristicas del anónimo maestro, el nombre de Campin escrito en letras hebreas. El Prado posee algunas de sus obras más representativas.

Esta Santa Bárbara, representada como una dama contemporánea, leyendo u orando en su cuarto, entre objetos cotidianos representados con minuciosa perfección y con un asombroso sentido de las calidades de las cosas, es seguramente una de las más bellas y sencillas obras salidas de sus manos.

La alusión al martirio de la Santa, limitada a la construcción de la torre que se ve a través de la ventana, es lo único que permite la identificación del cuadro como asunto religioso.

Sin ella, sólo tendríamos una escena de interior doméstico que anticipa en doscientos años los característicos interiores holandeses, y que, como ellos, parece complacerse en mostrarnos la materia de las cosas, la trasparencia del vidrio, el brillo del metal bruñido, la nobleza de la madera claveteada, con un encantador sabor de paz doméstica.

Se trata de la portezuela lateral de un tríptico cuya tabla central se ha perdido, pero cuyo lateral, compañero, también guarda el Prado. En él, con san Juan Bautista y la figura del donante arrodillado (el franciscano Enrique de Werl), se incluye, en otro interior de parecida minucia, una inscripción que da la fecha del conjunto: 1438. Es el único conjunto fechado con precisión en toda la obra de Campin.

Procede de las Colecciones Reales. Fue adquirida por Carlos IV, siendo príncipe.