La resurrección de Cristo – Piero della Francesca

La Resurrección de Cristo de Piero della Francesca es una pintura mural sita en la Residenza (Palazzo dei Conservatori) de Sansepolcro (hoy Pinacoteca Communale). 2,25 x 2 metrosPiero di Benedetto de Franceschi, llamado Piero della Francesca,  ha sido un luminosos descubrimiento de la crítica artística de nuestro siglo.

Pinturas Renacentistas - Resurrección de Cristo - Piero de la Francesca
La Resurrección de Cristo

Comentario de «La resurrección de Cristo de Piero della Francesca»

Su pintura, basada en reglas geométricas y matemáticas,  suprema unión de la ciencia y el arte,  la gravedad solemne de sus representaciones, en las que luz y color se expanden con una profunda calma interior, que impone respeto y admiración al espectador, son todos ellos aspectos que han interpelado de forma efectiva la sensibilidad del siglo XX, para la cual la obra pictórica y teórica de Piero es una cima nunca hasta entonces alcanzada.

Desde que en 1925 Aldous Huxley celebró el fresco de la Resurrección de Cristo en Borgo San Sepolcro (lugar de nacimiento de Piero), como «el mejor de los cuadros del mundo», la visita a los «lugares de Piero», desde Monterchi a Arezzo, se convirtió casi en un obligado «little tour» para el viajero sensible e informado. A pesar del silencio de los siglos que siguieron a su muerte (1492), Piero fue enormemente apreciado por sus contemporáneos. 

Luca Paccioli, que siguió sus descubrimientos matemáticos,  lo consideró «el monarca de la pintura», y efectivamente el pintor fue llamado a las cortes de Rimini, Ferrara, Bolonia, Urbino,  así como a Roma, a la corte papal. Estas relaciones lo pusieron en contacto con el mundo d los humanistas,  en particular con Leon Battista Alberti.

El fresco de la Resurrección,  en la gran sala de la institución cívica de la Residenza (Palazzo dei Conservatori) de San Sepolcro, 1ue fue acabado en 1458, tiene que ver con el ciclo de frescos de Arezzo por su marco arquitectónico y por el valor que el paisaje asume en él,  aún no despertado del letargo invernal, y por el tema de los soldados dormidos, en un de los cuales es probable que haya que reconocer un autorretrato.

En cuanto a la Resurrección divina, nadie antes de Piero della Francesca  la había pintado con tanta naturalidad y monumentalidad. La fuerza de este  cuadro reside, en parte, en la extraordinaria frontalidad de Cristo, en su hieratismo. La solidez física de esta aparición celestial está acentuada por los cuerpos pesados, casi petrificados, de los soldados dormidos a sus pies. 

Piero della Francesca , pintor, teórico y maestro del dibujo  y del espacio en perspectiva,  dispuso cada figura con gran rigor y utilizó espacios naturales  y arquitectónicos para perfeccionar el orden de sus composiciones. Al ubicar su punto de vista a muy escasa altura, otorgó un lugar predominante a los primeros planos y acentuó el volumen y la monumentalidad de sus figuras.

La poesía particular de sus cuadros quedaba subrayada por su franca luminosidad. El pintor, influido por la limpia paleta de Fra Angélico, proporcionó a los hombres y a los objetos una luz pareja, casi estructural.