1642, óleo sobre lienzo, 164 x 93 cms, Museo del Louvre.
Comentario de la obra «el lisiado» de José de Ribera
Se realizó probablemente para don Ramiro Felipe de Guzmán, duque de Medina de las Torres y virrey de Nápoles de 1637 a 1644.
Una antigua inscripción en la tela atestiguaba su presencia en la colección napolitana de los príncipes de Stignano, familia a la que pertenecía Anna Carafa Aldobrandini, segunda mujer del virrey. Antes de entrar en el Louvre en 1869, la obra estuvo en la colección del médico Louis La Caze de París.
Ante un fondo de cielo azul, con una franja de paisaje en el que se usa un punto de vista rebajado, vemos a un joven mendigo.
A pesar de la humilde naturaleza del tema, Ribera representa la figura del lisiado de manera casi monumental, con tonos casi monocromos y una estructura compositiva simple.
El realismo de algunos detalles, como el pie deforme, no es un intento de mostrar una imagen grotesca o satisfacer un gusto por lo monstruoso.
Antes bien, hay que asignar al cuadro el valor de un fiel testimonio de una realidad insólita, cuyo carácter documental ha relacionado la crítica con la cultura científica de Giovan Battista della Porta, que había hallado en la Nápoles del siglo XVII un terreno muy fértil.
Además de un documento de un fenómeno real, no idealizado, en el cuadro se ha visto un mensaje moral: el mendigo como ejemplo de la miseria humana, vehículo de transmisión de un mensaje cristiano.
En la mano izquierda, con la muleta, el muchacho lleva una cartela con las palabras :»Da mihi elemosinam propter amorem Dei» (dame limosna por el amor de Dios).
Con ellas Ribera alude a la teoría reformista de la salvación del almaa través de las buenas obras. Ya había tratado el tema de la caridad cristiana en el «Mendigo» de la colección del conde de Derby y en el «Viejo mendigo ciego» de Oberlin.