Capilla del hotel Seguir de París – Vouet

1637-1649.

El llamado Hotel Seguier fue adquirido por el canciller de Francia Pierre Seguier, en 1633. Protector de las artes y las letras, Seguier se mantuvo cerca del poder,  sobreviviendo a reyes y ministros, hasta su muerte a los 84 años de edad. Logró amasar una considerable fortuna, se rodeó del círculo intelectual más importante de París y fue uno de los grandes coleccionistas de su tiempo.

Los trabajos llevados a cabo por Vouet en la residencia  del canciller Seguier, los de la capilla y los de dos galerías, una de las cuales albergaba la famosa biblioteca del comitente, le ocuparon sus últimos doce años de vida, dejándolos incluso inacabados.

Debieron de constituir un importante conjunto decorativo, paradigma del buen hacer del pintor, que nunca antes se había mostrado tan refinado y elegante en sus composiciones.

Desgraciadamente, como sucede con muchas de las obras que Vouet llevó a cabo para palacios y residencias particulares de París, prácticamente han desaparecido y tan sólo los conocemos a través de los grabados y de algunas fuentes literarias.

En la capilla, la parte superior la ocupaba un friso corrido con la Adoración de los Magos; para las paredes Vouet realizó la invención de veintidós paneles  -en la ejecución tuvo un importante papel el taller en el que debieron destacar Charles le Brun y Pierre Mignard- con escenas del Nuevo Testamento, desarrollando un ciclo cristológico desde la Anunciación hasta la Transfiguración.

Entre los paneles de este ciclo, de los que se conservan la Santa Cena, la Incredulidad de santo Tomás, y la Magdalena en casa del fariseo, debía ser sin duda central la Crucifixión, que hoy se conserva en el Museé des  Beaux-Arts de Lyon, a cuyos lados debían encontrarse las esculturas, debidas a Sarrazín, de los santos patronos del comitente y su esposa,  Pedro y Magdalena.

Con todo, pictóricamente, la parte más relevante de la capilla debió ser el friso corrido de la Adoración de los Magos. La escena, grabada por Michel Dorigny, se desarrolla tras una balaustrada que se rompe en el centro para dejar ver a la Sagrada Familia y los Magos, cuyo séquito se expande por todo el resto del friso.

No cabe duda que la composición muestra un claro eco de las decoraciones ilusionistas «di sotto in su» venecianas  y, especialmente, de las teatralizantes composiciones del Veronés.

La decoración de la galería-biblioteca hacía referencia a los fundamentos espirituales y culturales de la sociedad humana: religión, justicia, ley, literatura, elocuencia y artes, presididos por los dioses del Olimpo.

La segunda galería albergaba representaciones alegóricas y mitológicas referentes a los grandes acontecimientos del reinado de Luis XIII,  al tiempo que se loaba al cardenal Richelieu, patrón de Seguier.