Autorretrato de Artemisia Gentileschi como alegoría de la pintura

1638-1639, pintura sobre tela, 96 x 74 cms, Kensington Palace de Londres.

Artemisia Gentileschi

Aunque Filippo Baldinucci afirma que Artemisia Gentileschi inició su carrera pintando retratos, lo cierto es que se conservan  tres únicos retratos de su mano: el del «Condottiero» de Bolonia, el «Autorretrato pintando» del Palacio Barberini en Roma, y la tal vez obra maestra  de Artemisia,  el «Autorretrato como alegoría de la Pintura», de hacia 1638-1639, que se exhibe en el Kensington Palace de Londres.

Fue Michael Levey quien, en 1962, comparando los rostros de varios retratos conocidos de Artemisia  -entre ellos un grabado que de ella hizo Jerome David hacia 1625-1630-, identificó la figura femenina representada en la obra londinense con la pintora, la cual, siguiendo las pautas dictadas por Cesare Ripa en su «Iconología», se habría retratado a sí misma como alegoría de la Pintura, uniendo los caracteres de una alegoría abstracta , con una imagen real,  la suya propia. 

Artemisia se pinta trabajando, sin mirar orgullosa al espectador y sin que éste descubra lo que está pintando. Su cuerpo, acariciado por una intensa luz que descubre su rostro y resbala por su busto y que ilumina también  su vestido sedoso de color verde, se inclina para mirar el lienzo.

En la mano derecha el pincel, en la izquierda la paleta; su rostro noble y bello; sus cabellos hirsutos y rizados en algunas partes; la boca no parece amordazada, como exige Ripa en su «Iconología», pero sí que se muestra el significado de esa mordaza: que la actividad del pintor es actividad silenciosa y solitaria llevada a cabo en un lugar apartado, casi secreto; la cadena de oro con la máscara cuelga del pecho para mostrar que el arte de la imitación está inseparablemente unido a toda la actividad de la pintura.

Sobre el comitente que pudo encargarle el trabajo a la pintora, Levey apuntó a que sería probablemente Cassiano dal Pozzo , a quien Artemisia escribió desde Nápoles en agosto de 1630 comentándole que se comprometía a entregarle el autorretrato que él le había encargado, para que pasara a formar parte de su colección de retratos de artistas ilustres.