La Trinidad de la Tierra con los Santos Bruno, Benito, Bernardino y Buenaventura – Ribera

1630, óleo sobre lienzo,  393 x 262 cms, Museo di Capodimonte, en Nápoles.

La Trinidad de la Tierra con los Santos Bruno, Benito, Bernardino y Buenaventura - Ribera

Comentario de la obra «La Trinidad de la Tierra» de José de Ribera

La reciente restauración del lienzo ha desmentido la tradición según la cual éste,  pintado para la iglesia de la Cartuja de san Martín y rechazado por los monjes por su elevado coste, fue vendido a la iglesia de la Trinità delle  Monache tras haberse añadido las figuras de san Bernardino y san Buenaventura.

Lo cierto es que el cuadro fue encargado  por los franciscanos de la Trinità para la iglesia de su convento, en la zona sur de Santa Maria di Ogniben, junto a las laderas de la colina sur de san Martín, no lejos de la Cartuja.

Si bien no se ha hallado confirmación alguna de la noticia que da Pompeo Sarnelli en la «Nuova guida dei forestieri e dell’istoria di Napoli» (1697), según la cual la figura de san Bruno se pidió porque las monjas, al fundar su nuevo complejo, deseaban someterse a la regla del Cartujo, sí es verdad que mantenían estrechas relaciones con la vecina comunidad cartujana.

Entre 1625 y 1630, por ejemplo, confiaron la dirección de los trabajos de decoración de la iglesia a Cosimo Fanzago, que realizaba también nuevas intervenciones en la Cartuja. En 1628 el escultor terminó el gran altar del lado del Evangelio,  en el cual se colocó el cuadro.

En 1626, Ribera había ejecutado para la misma iglesia el «San Jerónimo con el ángel del Juicio»; sus contactos con el monasterio de la Trinità se remontan al menos a 1621, año en que se le pagó una considerable suma destinados a comprar colores para una pintura.

En el centro del lienzo está la Trinidad de la Tierra: la Virgen, San José y Jesús; a la izquierda, san Bernardino y san Buenaventura.  Ante Jesús está arrodillado san Bruno, y detrás san Benito con un libro, la mitra y el báculo pastoral.

Acompañaba a este cuadro un lienzo de menores dimensiones con el «Padre Eterno», colocado en el compartimento superior del altar de mármol, que se conserva en el Palacio real. Con la «Trinidad de la Tierra» se correspondía en la parte superior la «Trinidad del Cielo», con Dios Padre y la paloma del Espíritu Santo.