1627, pintura sobre tela, Museo del Prado El éxito y los reconocimientos que Vouet disfrutaba en Roma no debieron pasar desapercibidos al rey francés Luis XIII, que pidió al pintor que regresara a París, vuelta a la patria que demoró hasta 1627, ya que el cuadro «El Tiempo vencido por la Esperanza, el Amor y la Belleza» que atesora el Museo del Prado de Madrid aún está fechado en Roma («Simón Vouet Rome 1627″).
En este lienzo, último de los realizados en tierras italianas, Vouet se enfrenta a la temática alegórica que le será tan propia. Pero en este caso lo hace con una cierta aproximación humorística, como no es infrecuente en los pintores de la época -véase por ejemplo Velázquez-.
El francés sitúa la escena en un paisaje al aire libre, uno de los más hermosos salidos de su mano. El anciano Tiempo parece haber sido sorprendido en su camino que orilla la mar por dos jóvenes mujeres que le fustigan alegremente pero también sin piedad.
A la izquierda, la coronada Esperanza lo hace con un arpón; a la derecha, la desnuda Belleza con una pica. Ya nada queda del Tiempo como joven alado de la antigüedad clásica, ni del viejo de los Triunfos.
El Tiempo es un personaje vencido, aunque airado, del que se mofan unos amorcillos que despluman las alas con las que vuelan las horas, los días, los mesee y los años.
En el suelo quedan esparcidas las plumas, junto a la hoz y al reloj de arena que el anciano agarra aún fuertemente con su mano izquierda, en tanto que con la derecha pretende coger a la Belleza.