Pintura expresionista abstracta, óleo sobre lienzo, 109 x 104 cms, expuesto en el Centro Pompidou de París.
Comentario de la obra «La mujer-luna divide el círculo» obra de Jackson Pollock
«Pollock no «nació» pintor. Empezó como escultor a los dieciséis años, pero se pasó a la pintura antes de los dieciocho. Tuvo que aprender con mucho esfuerzo a dibujar y a pintar».
Así resumía el gran crítico del arte expresionista norteamericano Clement Greenberg en 1967 los comienzos de Jackson Pollock, fallecido en 1956 pero mitificado desde mucho antes, con ocasión de la muestra retrospectiva del Museum of Modern Art (MOMA).
Entre 1930 y 1933, Pollock estudió en la Arts Students League de Nueva York, entre otros con el regionalista Thomas Hart Benton, quien lo marcó estilísticamente en su primera etapa figurativa de los años treinta.
En un cuestionario de 1944, el propio Pollock describía su trabajo con Benton como «algo contra lo que después pude reaccionar con frialdad; en este caso fue mucho mejor haber trabajado con él que con una personalidad menos poderosa que no me hubiera obligado a prestar tanta resistencia».
En la misma ocasión destacaba Pollock la influencia que su procedencia del oeste americano, la amplitud horizontal del paisaje y el arte de los indios de América del Norte habían tenido en su obra: «Los indios muestran un auténtico olfato pictórico en su capacidad para conseguir las imágenes apropiadas y en su comprensión de lo que constituye el tema de la pintura.
Su color es esencialmente del oeste, su visión tiene la universalidad elemental de todo arte verdadero». Al preguntarle por la significación de destacados artistas europeos que por entonces vivían en Estados Unidos, Pollock respondió en los siguientes términos: «Me llama la atención sobre todo su idea de que el origen del arte está en el inconsciente. Esta idea me interesa más que lo que hacen concretamente, ya que los artistas que más admiro, Picasso y Miró, aún viven fuera de Estados Unidos «.
La obra «La mujer-Luna divide el círculo», de 1943, junto con «Mad Moon-Woman» (1941) y «The Moon-Woman» (1942), es uno de los tres cuadros de principios de los años cuarenta en los que Pollock abordó el motivo de la mujer-Luna; los tres estuvieron presentes en su primera exposición individual, que tuvo lugar en noviembre de 1943 en la galería Art of This Century de Peggy Guggenheim.
El adorno de la cabeza de la figura alude a la cultura india; ciertos detalles, como la silueta y los ojos, evocan el cuadro antibelicista «Guernica» (1937) de Picasso y los colores ricos en contrastes recuerdan los cuadros de Joan Miró.
Las palabras con que Pollock hablaba en 1944 de la «universalidad elemental de todo arte verdadero » que apreciaba en las culturas indias del oeste americano recuerdan la idea formulada por Carl Jung de un «inconsciente colectivo» trascendente a todas las culturas y común a todos los hombres.
Debido fundamentalmente a su alcoholismo, entre 1939 y 1942, Pollock se sometió a psicoterapia por un «jungiano». Según Jung, la luna ejerce la función de símbolo del principio femenino que actúa en ambos sexos; equivale a lo inconsciente, lo intuitivo, lo emocional y lo subjetivo.
Sin embargo, en opinión de Michael Leja, el título del cuadro «The Moon-Woman cuts the circle» («La mujer-Luna divide el círculo») tiene una interpretación difícil en los textos de C.G. Jung: «Tal vez -la mujer- divide el círculo de la Luna llena para dar lugar a una medialuna, o bien puede presentarse en la función de abrir el útero o como la deidad a la que se dedicaban las circuncisiones».
Para Leja, el hecho de que Pollock recurriera a un simbolismo establecido por Jung no constituía una creación inconsciente, sino una apuesta expresa del pintor, encuadrada en un entorno social que a partir de la segunda mitad de los años treinta se desentendía de los modelos políticos y sociológicos de explicación de las situaciones de crisis, y adoptaba cada vez más las teorías psicológicas como intento de solución.