Alegoría Sacra – Bellini

1490-1500, pintura sobre tabla, 73 x 119 cm, Galería de los Uffizi,  Florencia.

Contrariamente a lo que sucede en la década de los ochenta, el último decenio del siglo XV está marcado por la falta de obras fechadas  y por la ausencia de documentos sobre Giovanni Bellini,  años en los que estuvo especialmente dedicado a los trabajos del Palacio Ducal,  hoy perdidos, y satisfaciendo encargos de clientes particulares, que continuaban comisionándole temas religiosos y también retratos.

Una de las obras que debió realizar entre 1490 y 1500 es la «Alegoría Sacra», hoy conservada en la Galería de los Uffizi de Florencia.

La escena se desarrolla frente a un lago. En la orilla más alejada del espectador aparece un hermoso paisaje de montañas, grutas y arquitecturas en que diversos personajes y animales parecen dedicarse a labores cotidianas.

En primer plano se dispone una simbólica terraza que delimita con austera balaustrada y rico pavimento el perímetro sagrado.

En el ángulo izquierdo de la terraza,  la Virgen sentada de perfil en un trono con rica ornamentación,  alzado sobre geométrico  y alto podio; la acompañan dos mujeres  que, como ella, parecen rezar.

En el centro, el Niño Jesús permanece sentado frente a otro niño contemplando absorto una manzana de oro, mientras que un tercer niño agita el tronco de un árbol dejando caer las manzanas que otro recoge del suelo.

San Sebastián y san Job contemplan la escena  desde la derecha, mientras que san Pedro y san  Pablo se sitúan  entre el Niño Jesús y la Virgen por fuera de la balaustrada.

El pintor invita al espectador a participar en el misterio de los niños que María y los demás personajes contemplan. Y cualquiera que sea ese misterio y su simbolismo, lo cierto es que reflejan el ambiente elitista del humanismo veneciano finisecular.