Junto con otros pintores impresionistas, encuentra en la pintura una forma distinta de interpretar los acontecimientos que ocurrían en esos años.

Tanto es así que a través de la iluminación y los colores desarrolla una realidad paralela, llena del encanto y la viveza de las que él mismo carece, debido a sus dificultades personales.
A partir de 1880 comienza a sufrir artritis en las manos, el dolor hace que en sus pinturas comience a reflejarse un realismo nunca visto; con el tiempo para poder seguir pintando tuvo incluso que atrase el pincel a la muñeca por los dolores de la enfermedad.
Pierre Auguste Renoir se interesaba, al igual que Degas, en la representación de la figura humana y en el desnudo. Sus grupos más célebres representaban los gustos populares y la alegría de vivir.
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