Tabla. 0,95 x 1,45 (tabla central) 0,95 x 0,63 (portezuelas).
Hans Memling, discípulo de Van der Weyden, fue durante el siglo XIX el artista más famoso y estimado de la critica, hasta que la investigación ha ido perfilando las personalidades de sus maestros y contemporáneos.
Comentario de la obra «La adoración de los magos» de Hans Memling
Su estilo dulcifica y atenúa el apasionamiento del maestro y lo impregna de una delicadeza y un lirismo muy peculiares; rehúye por lo general la temática dramática y parece especializarse en melancólicas composiciones con la Virgen pensativa o en figuras de santos de apariencia frágil y ensimismada.
El tríptico de la Epifanía que posee el Prado, y del cual reproducimos aquí la tabla central, se inspira muy directamente en otro de Van der Weyden y es muy semejante al que el propio Memling pintó en 1479 para el hospital de Brujas, en tamaño más reducido y con ciertas variantes.
El del Prado ha de ser considerado una de sus obras maestras por la amplitud de su composición y la magistral delicadeza de la ejecución. Se ha señalado que los dos reyes arrodillados son retratos de Carlos el Temerario y do Felipe el Bueno, duques de Borgoña.
El tercer Mago es ya enteramente negro, último paso en una dirección iconográfica que, a partir de este momento, será la habitual. Obsérvese la delicadeza de la Virgen y la reconcentrada melancolía de san José, así como cierta idealización de rostros e incluso de paisajes que contrasta con la intensidad realista de sus predecesores y parece anunciar ya como un sentimiento renacentista. El tríptico fue de Carlos V y constituía, hasta 1847, el retablo de la capilla del castillo real de Aceca, en la provincia de Toledo.