Expresionismo Abstracto. Óleo sobre lienzo. 243 x 178 cms. Propiedad Privada.
El cuadro tal vez más famoso de Helen Frankenthaler, el monumental «Mountains and Sea», fue pintado el 26 de octubre de 1952. Su fuente de inspiración fueron unas impresiones de viaje: «Pinté ‘Mountains and Sea’ después de haber visto los acantilados de Nueva Escocia -recordaba la pintora en 1997-. Es un paisaje accidentado, con un fuerte oleaje que bate cobtra las rocas. Aunque lo pinté en un loft sin ventanas, el recuerdo del paisaje está en el cuadro, que contiene ademas proporciones similares de cubismo, Pollock, Kandinsky y Gorki».
Al terminar el bachillerato, Frankenthaler inició en 1946 sus estudios de pintura. Cuando en 1950 tomó parte en una exposición colectiva en Seligman Gallery de Nueva York, invitó entre otros al influyente crítico Clement Greenberg, quien no tardaría en convertirse en un amigo íntimo y en promotor de su obra. En «Mountains and Sea » utilizó por primera vez su característica técinica «soak stain», en la que el fondo pictórico es una tela sin imprimación. Pinturas al óleo muy diluidas con trementina o queroseno penetran en las fibras de la tela y producen un efecto similar al de la acuarela. De hecho, Frankenthaler había trabajado la técnica de la acuarela sobre papel, como por ejemplo en «Great Meadows» (1951). La unidad del color y la tela subrayaba visiblemente la bidimensionalidad del medio pictórico, por lo que, según Greenberg, «Mountains and Sea » introduce un criterio capital en la pintura moderna.
Siguiendo el modelo de Jackson Pollock, «Mountains and Sea » se pintó sobre una tela extendida en el suelo. Al igual que su colega, Frankenthaler no aplicó la pintura con un pincel, sino que la derramó desde distintos tubos sobre el lienzo sin tocarlo directamente; después la extendió sobre algunas áreas de la tela con una esponja. Según su biógrafa Barbara Rose, la visión de los cuadros en blanco y negro de Pollock expuestos en 1951 en la Galería Betty Parsons y la visita que efectuó al taller que el pintor tenía en The Springs, Long Island, impulsaron definitivamente a Helen Frankenthaler a adoptar este procedimiento, nuevo por aquellas fechas. Además, las fotografías de Hans Namuth publicadas en la revista «ArtNews » en 1951 dieron a conocer la técnica del «dripping» utilizada por Jackson Pollock.
No obstante, Frankenthaler subrayaba la diferencia existente entre la aproximaxión de Pollock al hecho pictórico y la suya propia: «Nunca he sebtido el deseo de copiar a Pollock. Nunca he deseado coger un palo y sumergirlo en una lata de esmalte. Necesitaba algo más líquido, aguado, diluido. Durante toda mi vida he sentido la atracción del agua y las transparencias. Me encanta el agua, me encanta nadar, contemplar el paisaje cambiante del mar. Uno de mis juegos favoritos de niña consistía en llenar de agua una pila y en echar en ella esmalte de uñas para ver qué pasaba cuando los colores aparecían repentinamente en la superficie mezclándose entre sí como formas flotantes y cambiantes».
Encuadrada en la segunda generación de expresionistas abstractos, con «Mountains and Sea » Frankenthaler no sólo fijó su característica forma de pintar tempranamente -que desarrollaría en obras como «Seven Types of Ambiguity» («Siete tipos de ambigüedad «)-, sino que influyó con su obra en pintores más jóvenes como Morris Louis y Kenneth Noland, que la contemplaron por primera vez en abril de 1953 durante una visita al taller de la pintora.