Hemlock de Joan Mitchell

Expresionismo Abstracto. Óleo sobre lienzo. 231 X 203 cms. Whitney Museum of American Art de Nueva York.

Hemlock de Joan Mitchell

«Mi pintura nos es una alegoría ni una historia. Se parece más a un poema», decía Joan Mitchell (1926, Chicago – 1992, París) en los años ochenta. Michell nació en un hogar que alimentó y respaldó sus ambiciones literarias y artísticas.

Su padre fue un médico famoso que en sus horas libres pintaba y dibujaba; su madre escribía poesía y editaba una revista literaria de prestigio, «Poetry». Mitchell conoció desde muy pronto obras importantes del arte europeo en las colecciones del Art Institute of Chicago. 

En 1947 se trasladó a Nueva York,  en donde recibió una beca de viaje que le permitió trabajar artísticamente tanto en París como en el sur de Francia entre 1948 y 1949.

Tras su regreso a Nueva York en 1951 se convirtió junto con Lee Krasner, Elaine de Kooning y Helen Frankenthaler en una de las pocas integrantes femeninas del Eighth Street Club y participó en importantes exposiciones colectivas, como la «Muestra de la calle Nueve» (1951), organizada por Leo Castelli.

Las experiencias del paisaje y la naturaleza, y también los textos literarios, constituyen con frecuencia puntos de referencia de las abstracciones gestuales de Mitchell.

El título de «Hemlock» («Abeto») procede de un poema de Wallace Stevens, «Domination of Black» («Dominación del negro»), pero no lo puso hasta que no estuvo terminado el cuadro.

El título invita a interpretar las pinceladas en verde y azul -supuestamente disparadas hacia el exterior por una fuerza centrífuga desde el centro del cuadro- como las ramas de un abeto en una ventisca.

Para Mitchell, el color blanco dominante en muchos cuadros de esta época incluía una serie de significados negativos que trascendían sus cualidades  descriptivas. «Representa la muerte, los hospitales, mis terribles enfermeras.

Cabría añadir un capítulo sobre los blanco en ‘Moby Dick’ de Melville. El blanco es el horror absoluto, el propio horror. Es lo peor».

A finales de los años cincuenta, la obra de Mitchell empezó a encontrar un reconocimiento cada vez mayor. En 1957 se publicó la primera monografía extensa sobre su obra en «ArtNews».

En 1958, «Hemlock» formó parte de la exposición «La naturaleza en la abstracción: relación de la pintura y la escultura abstractas con la naturaleza en el arte americano del siglo XX» del Whitney Museum de Nueva York,  que adquirió el cuadro.

A diferencia de la mayor parte de los artistas neoyorquinos  encuadrados en el expresionismo abstracto,  Mitchell nunca tuvo una actitud  reacia a la tradición de la pintura europea.

Entre 1955 y 1959 residió y trabajó tanto en Estados Unidos como en París. En 1959  se instaló definitivamente en Francia, donde a partir de entonces pintó todos sus cuadros, aunque volvió con regularidad a su país.

El momento de finales de los años cincuenta que eligió para ello coincidía con una situación de ruptura en el arte de posguerra; así tomó parte en la segunda «documenta» de Kassel, que conformó definitivamente el reconocimiento internacional del expresionismo abstracto y, por tanto, sentó las bases del liderazgo del arte americano en la siguiente década.

Simultáneamente,  en los ambientes artísticos adquiría cada vez más cuerpo la crítica de que el lenguaje pictórico del expresionismo abstracto -sobre todo en la interpretación que del mismo ofrecían la segunda generación, que era la de Mitchell, y sus seguidores- corría el peligro de convertirse en un tópico academicista.

Proyectaba su sombra la aparición de nuevas tendencias artísticas. A mediados de los años setenta señalaba iŕonicamente Mitchell: «Pop art, op art, flop art y slop art. Me sitúo en las dos últimas categorías».