En las primeras décadas del siglo XVII, un nuevo naturalismo se va afirmando en la pintura española, deseosa de aproximar a los fieles los hechos religiosos, vestidos de la inmediatez de lo cotidiano.
Comentario de la obra «Labán da alcance a Jacob» de Pedro de Orrente
Paralelamente a la gran revolución que Caravaggio representa en Italia, el retorno a lo concreto, visto con asiduidad bajo la cruda luz del tenebrismo, va creciendo entre los artistas que, con frecuencia, no renuncian del todo a ciertos convencionalismos del arte de fines del siglo XVI.
Artista muy significativo en esta dirección es el pintor murciano, educado en Toledo y activo en Valencia, Pedro de Orrente. De espíritu aventurero, inquieto viajero, consta que anduvo por Italia, donde estudió en Venecia con el último de la dinastía de los Bassano.
En Toledo fue compadre del hijo del Greco, a cuyo taller sin duda tuvo acceso y familiaridad, y en Valencia fue rival de Ribalta, con parecida estimación.
Su arte, muy personal, es una suma de aportaciones diversas, aunque lo que predomina, especialmente en los cuadros de formato menor y asuntos bíblicos pintados para aficionados, es la influencia veneciana bassanesca personalmente interpretada.
Nadie como supo representar el mundo de ganados, vasijas y trabajos campesinos que constituyen el típico repertorio bassanesco. Pero la riqueza del color veneciano y la pincelada blanda y esponjosa de sus modelos se cambia por completo en una tonalidad terrosa uniforme y en una factura un tanto seca, como pasando de la húmeda y cambiante luz de la laguna al duro y áspero horizonte manchego.
En los cuadros de altar, de figuras grandes, la utilización de la luz es ya de signo enteramente tenebrista, y en ellos se advierte a veces, un cierto contacto con el arte de Ribalta.
Obra sumamente representativa de su estilo es este gran lienzo que el Catálogo viene llamando Viaje de la familia de Lot, pero que representa sin lugar a dudas otro episodio bíblico, que narra el Génesis (31, 25-36) con el momento en que Labán da alcance a Jacob y busca en su equipaje las estatuas de los dioses que Raquel ha robado y escondido bajo la albarda.