Actualmente, podrás encontrar la obra «La boda campesina» en el museo de Historia del Arte de Viena. Oleo sobre madera de 114 x 164 cm, realizado en 1568. Brueghel se deleitaba observando a los aldeanos «cuando comen, beben, danzan o dicen piropos».
Numerosos estudios especializados confirman que Brueghel conocía a fondo la cultura rural, un interés que no parece inspirado por la antipatía. Pero si el menosprecio del campesino parece poco probable, hay que reconocer que los campesinos de Brueghel no tienen un aire muy inteligente.
¿De qué trata la obra? Comentario sobre «La Boda Campesina»
La codicia, la estupidez, la locura y el orgullo son fustigados por Brueghel a lo largo de su carrera. Es moralista, sobre todo humanista. Pero en su caso esta palabra no es sinónima de erudito. Se impone una comparación con el discurso de su guía espiritual, el Bosco. Para éste, el hombre está inevitablemente comprometido en el camino de la perdición.
Tenemos la impresión de que Brueghel deja en el hombre una posibilidad de devenir, finalmente, razonable. Brueghel tenía una costumbre muy fea, como era colarse en las bodas de la gente haciéndose pasar por pariente de alguno de los novios. A menudo se vestía como campesino para mezclarse en bodas y fiestas populares diversas.
Además de comer, beber y bailar, el artista sacaba de estos acontecimientos inspiración para sus pinturas, que rezuman detalles y autenticidad. En esta obra en concreto la novia está debajo de un dosel y el novio no se sabe exactamente quién es; dos gaiteros tocan sus instrumentos y un niño pequeño en el suelo lame un plato.
La fiesta se celebra en un granero en la primavera, como nos recuerdan dos espigas de cereal con un rastrillo, recuerdo del duro trabajo que para los campesinos suponen la cosecha en particular y su vida en general. Los platos se sacan sobre una mesa que han quitado de sus bisagras.
Peter Brueghel, que antes de ser «el viejo» fue «el campesino», fue un genio que abrió el arte en una nueva dirección: el de eternizar la vida cotidiana, con sus alegrías, juegos, amores y oficios.
Su obra nada tiene que ver con replicar a la naturaleza, sino con capturar el corazón de una época en su escenario. Y en «La boda campesina» esto queda de manifiesto.