La luz matizada de la estancia la tomaría de Juan de Flandes y Pedro Berruguete; los árboles a contraluz y las pilastras lisas, de la escuela de Perugino; el rey negro de espaldas repite un personaje de la historia de Eneas, «Silvio Picolomini, canonizando a Santa Catalina de Siena», de Pinturicchio.
Comentario de la obra «La adoración de los reyes» de Maestro de Fuentelcarnero
Los rostros menudos son los de los Maestros de Astorga y Zamora. Los pastores recuerdan modelos de la «Natividad» del primero, del Museo Lázaro Galdiano, así como la Virgen, de rostro ovalado y ojos y nariz menudos. El rey arrodillado de barba apuntada es similar al san Pablo del Maestro de Astorga en la predela del Museo de Arte de Cataluña, y colección Erlenbach de Berlín.
Se repiten aquí algunos modelos muy típicos en tabkas del retablo de Fuentelcarnero, con el joven pastor que asoma por el vano del fondo de perfil, fácilmente reconocible en la «Traslación del cuerpo de san Esteban» del Museo de Toledo (Ohio, Estados Unidos) y en una réplica de la «Adoración de los Reyes» del mismo retablo de Fuentelcarnero, en colección privada de Madrid, con escasas variantes, que prueban sobradamente la conexión de este nuevo pintor, que trabaja en Zamora, con el segundo de los maestros de «El tríptico» de Luzea (Zarauz, Guipúzcoa).