Hacia 1535, óleo sobre madera, 13 x 18 cm, Art Institute de Chicago.
Lucas Cranach el viejo abordó el tema del pecado original como un drama teatral. El formato estrecho y el tratamiento ilusionista del suelo precipitan a Eva al primer plano otorgándole una proximidad casi física.
La manzana intacta, cerca de la boca, marca el momento que precede al pecado original. La presencia del ciervo podría desplazar el repertorio religioso hacia la iconografía mítica de Diana cazadora.
Así, Cranach, en una audaz representación narrativa, encarnó el pecado en el cuerpo de una mujer no idealizada.
Cranach llegó a privilegiar figuras arcaicas de contornos muy gráficos y sin relieve , en detrimento de la construcción espacial.
El decorado se consideró secundario, un ejercicio de virtualidad pura que despreciaba la ilusión de la perspectiva y la representación atmosférica.