El martirio de San Mateo – Caravaggio

1600-1601, Óleo sobre lienzo,  323 x 343 cms, Iglesia de San Luis de los Franceses,  Roma.

Sólo se habían dado unos pocos meses a Caravaggio para llevar a término el encargo de la capilla Contarelli y se veía obligado a aventurarse a representar un  número de figuras mayor del que hasta entonces había aparecido en sus obras.

Las pinturas de la capilla Contarelli debían estar colocadas para el año jubilar de 1600,  en el  cual habían de encontrarla en las mejores condiciones posibles los peregrinos que acudieran a visitar  la iglesia.

Las instrucciones para la decoración, dejadas antes de su muerte por el cardenal Contarelli, eran claras. Caravaggio tenía que representar, frente a la «Vocación de san Mateo«, a «san Mateo celebrando la misa, vestido del modo que después se hará saber, matado por un grupo de soldados, y se cree será más conforma al arte hacerlo en el momento en que lo matan, pero que haya recibido una herida,  ya caído o en el acto de caer, pero aún no muerto, y en dicho tiempo haya multitud de hombres y mujeres jóvenes, viejos, amorcillos…la mayoría espantados del suceso, mostrando unos enojo, otros compasión».

Tras varios replanteamientos de los que queda huella bajo la composición actual, Caravaggio dispuso la escena convirtiendo en eje al verdugo del santo en el momento anterior a la estocada final.

Desde esta figura parten en forma de rayos las demás, colocadas progresivamente en la profundidad del espacio vacío en el que tiene lugar la acción. 

La dificultad de la tarea radicaba precisamente en la representación de la acción; Caravaggio apresa el dramático instante anterior a la muerte por medio de la luz.

Ésta, un haz que irradia desde la izquierda, ordena en profundidad las actitudes extremas de las figuras y se concentra en el cuerpo desnudo del verdugo a punto de golpear y en el gesto del ángel que tiende al santo la palma del martirio.

Hace de contrapeso al grupo central el muchachito que, gritando de terror, se vuelve para huir, mientras otra figura, en la que se ha reconocido el autorretrato del artista, observa la escena desde el fondo del cuadro.