Apolo y Marsias – Ribera

1637, óleo sobre lienzo,  182 x 232 cms, Gallerie Nazionali di Capodimonte,  Nápoles

Comentario de la obra «Apolo y Marsias» de José de Ribera

Se narra un episodio de las «Metamorfosis» de Ovidio, que Ribera repitió varias veces. El sátiro Marsias había encontrado por casualidad una flauta que Atenea, al ver que su rostro se transformaba horriblemente al tocarla, había tirado, lanzando una maldición sobre quien la recogiese.

En cuanto Marsias acercó a ella sus labios, empezó a sonar sola; entonces el sátiro recorrió Frigia deleitando con sus melodías a los ignorantes campesinos, quienes afirmaban que ni siquiera Apolo con su lira lo habría hecho mejor.

Esto provocó la ira del dios, que desafió al sátiro a una competición: el vencedor infligiría al vencido el castigo que quisiera. Las Musas, a las que se encomendó el veredicto, se declararon igualmente encantadas con las melodías de ambos, pero Apolo gritó a Marsias: «¡ Te desafío a hacer con tu instrumento lo que yo haré con el mío: tienes que ponerlo del revés y tocar y cantar al mismo tiempo !».

La flauta no se prestaba a semejante exhibición y Marsias no pudo recoger el guante; Apolo puso su lira cabeza abajo y cantó himnos tan dulces  que fue proclamado vencedor. El dios se vengó del sátiro de un modo feroz y cruel, desollándolo vivo y colgando su piel en un pino junto a las fuentes del río que luego tomó su nombre.

Abajo vemos a Marsias, tendido en el suelo, con los brazos estiradosy las manos atadas con cuerdas a los troncos; sobre él , en posición casi simétrica, está Apolo, cubierto con un paño rojo que se infla a su espalda, dando inicio a la terrible acción.

Su aire de calmosa indiferencia y la blancura luminosa de su cuerpo contrastan con el rostro del sátiro, contraído por el dolor, y con su piel grisácea.

Del árbol cuelga la flauta de cañas con la que el sátiro había osado desafiar  al dios, cuya lira, en realidad una especie de violín, aparece en primer plano, a la izquierda. Al fondo, a la derecha, se ven tres figuras de sátiros que asisten al suplicio de su compañero con expresión de dolor.