A partir de 1954, Ad Reinhardt redujo definitivamente el colorido de sus abstracciones geométricas a tonos negros quebrados.
En 1960 se hizo finalmente con un modelo de cuadro al que se atendría en exclusiva hasta su muerte en 1967: telas cuadradas de 153 cms de lado, cuya superficie se dividía en nueve campos cuadrangulares iguales; era ésta una composición que para Reindhart constituía una «no composición».
Comentario de la obra Abstract Painting nº 34 de Ad Reinhardtl
El artista relacionaba el formato con la estatura aproximada de un espectador que se situase ante la tela con los brazos extendidos. Sin luz ni contrastes, el colorido de los campos se distingue mínimamente por la mezcla de verde, azul y marrón; el matiz de los colores excluye cualquier reflejo del entorno en la superficie del cuadro.
Por tanto, también en «Abstract painting number 34» («pintura abstracta número 34») se basa en una retícula de cuadrados de diversos colores dividida por una franja horizontal verde. La pintura al óleo se extiende manualmente con el pincel sin que se adviertan los trazos. Si los cuadros resultaban dañados en las exposiciones, Reindhart los volvía a pintar, de modo que en muchos de ellos es imposible una datación inequívoca.
Cuando el MOMA adquirió en 1963 una de sus «Black Paintings», presentó a Reindhart un cuestionario con el ruego de que se pronunciase sobre la significación de la serie. En un texto extenso, el pintor la definió como «la más extrema, definitiva y culminante reacción y negación de algo», una tradición del arte abstracto que incluía el cubismo y la obra de Piet Mondrian, Kasimir Malevich, Josef Albers y Burgoyne Diller.
Con su insistencia en definir lo que su pintura no era, Reindhart trataba de rechazar las interpretaciones, algunas de ellas contradictorias, que calificaban sus cuadros de «clasicistas», «románticos «, «puristas» , «vanguardistas» o «religiosos».
Mientras aseguraba llevar una tradición artística a su punto culminante a través de la negación, Reindhart ejercía con sus «Black Paintings » una influencia orientadora sobre una generación de pintores más jóvenes. En ese contexto desempeñó la controvertida función de «predecesor» del arte minimalista y del arte conceptual.
En su ensayo «Minimal art» (1965), el filósofo Richard Wolheim sostenía que en las obras de Reindhart el «contenido artístico era mínimo», pues eran en sí mismas indiferenciadas en grado sumo. En 1969 en su estudio «Art After Philosophy» («El arte después de la filosofía»), que pasa por ser el manifiesto de una tendencia analítica dentro del arte conceptual, Joseph Kosuth citaba las primeras líneas del texto «Art as Art» («El arte como arte») escrito en 1962 por Reindhart:» Lo único que cabe decir sobre el arte es que es una cosa.
El arte es arte-como-arte y todo lo demás es todo lo demás. No es arte lo que no es arte». La utilización de Kosuth de esta breve cita fuera de contexto, seguida de afirmaciones de otros artistas y teóricos, es simplemente una productiva «interpretación errónea» de las palabras de Reindhart, quien, a diferencia de Kosuth, sólo pretendía una definición negativa de la pintura abstracta.
«El arte se puede corregir, el público, por desgracia, no» , decía la sentencia de un texto escrito para «ArtNews » en 1957 que la pintora y crítica Elaine de Kooning ponía en labios de un pintor ficticio llamado Adolf M. Pure; éste podría ser perfectamente un álter ego de Ad Reinhardt.