1505, pintura sobre tabla, 113 x 88 cm, Kunthistorisches Museum de Viena.
Socialmente, los patronos de Rafael pertenecían a la clase de los patricios y los mercaderes de Florencia. Aquí entabló amistad con Taddeo Taddei, que le invitaba con frecuencia a su casa y a su mesa, y le encargó dos pinturas, una de ellas la famosa «Virgen del Prado», de 1505 (Kunthistorisches Museum de Viena).
Otronde sus amigos fue Lorenzo Nassi, para el que pintó la igualmente famosa «Virgen del jilguero» (1506, Galería de los Uffizi, Florencia). Estas Vírgenes y la «Bella jardinera» (Museo del Louvre) son figuras típicas de la devoción florentina, máxime toda vez que incluyen la figura de san Juanito, patrono de la ciudad, como niño de corta edad que entrega la cruz o un símbolo de ella, el jilguero, a su primo Jesús, también niño.
Son asimismo típicas de Rafael en cuanto las figuras están agrupadas en una forma marcadamente triangular, desde donde dominan la escena frente a un paisaje apacible en el que Nazaret aparece al fondo , en una versión más bien italo-flamenca, con sus agujas esbeltas y sus casas con tejados a dos aguas.
El sentimiento -una gracia suave y tierna- que anima a estas figuras y la mórbida belleza de las formas de los niños, modeladas de acuerdo con «los putti» clásicos, pero amablemente humanizadas y transformadas en cuerpos con vida y aliento, ha hecho de ellas objetos de perenne admiración.