Retrato de Doña Juana la loca – Anónimo

Retrato de doña Juana la loca, obra anónima del Barroco Español. La reina doña Juana, retratada de menos de medio cuerpo, se vuelve ligeramente hacia la izquierda mirando al espectador.

Está vestida a la moda de finales del siglo XV, con toca y con escotes bordados en oro en los bordes. Lleva pendientes y un collar corto con perlas.

Retrato de Doña Juana la loca, obra barroca Anónima

Comentario de la obra «Retrato de Doña Juana la loca» obra barroca anónima

En el borde superior derecho hay una inscripción: «R. D. JUANA». Doña Juana, segunda hija de los Reyes Católicos,  nace en Toledo el seis de noviembre de 1479, habiéndose casado en 1496 con el archiduque de Austria, Felipe el Hermoso, hijo de Maximiliano I, emperador de Alemania.

En 1500 dio a luz al futuro emperador Carlos V y, en 1503, a Fernando, emperador de Alemania después de la abdicación posterior  de su hermano. La muerte sucesiva de todos sus hermanos hizo que fuese proclamada heredera del trono de Castilla y Aragón. Al morir doña Isabel fue proclamada reina de Castilla en 1505. En 1507 delegó todos sus poderes en su padre,  viviendo desde entonces retirada en Tordesillas,  donde murió en 1555.

Hay varios retratos de la reina doña Juana. Por primera vez en la tabla del monasterio de las Huelgas Reales de Burgos, junto con sus padres y hermanos: contaba entonces  seis años de edad. A los diez aparece retratada en una tabla, hoy en el Museo de Historia del Arte de Viena: atribuida por Gluck a Juan de Flandes.

Nuevamente junto a Felipe el Hermoso en una de las portezuelas del tríptico del Juicio Final del Museo de Bruselas, atribuido por Sánchez Cantón a Jacques van Laethen, pintor de cámara de los archiduques  («Los retratos de los reyes de España», 1948, número 92) y en el catálogo de la exposición de «Carlos V y su ambiente» (Toledo, 1958, número 66), al maestro de la abadía de Afflinghen.

Documentalmente se sabe que en 1604 encargan al taller de Pantoja completar la serie iconográfica, destruída en el incendio de El Pardo, en la que se encontraba un retrato de doña Juana, hasta ahora sin identificar.

El retrato más fidedigno pertenece a la colección del duque del Infantado. Hay otros dos en la colección  Nogués y en el Museo de Viena con una inscripción que identifica al personaje.  Un tercero pertenece a la colección Tudor Wilkinson.

No se conoce ningún retrato de doña Juana del siglo XVI.  Este retrato, perteneciente a la colección del Banco Santander, es una copia del siglo XVII,  probablemente basada en los retratos de medio cuerpo conocidos.

Los rasgos recuerdan a la repetición del duque del Infantado, la frente amplia, la nariz larga y recta, las cejas finas y arqueadas, el rostro alargado, como la moda del vestido.