La Reina de los Cielos – Ignacio de Ríes

En el mundo de los zurbanescos las luces se van imponiendo a las sombras. Se han identificado ya los nombres de algunos de sus colaboradores,  conociéndose, por ejemplo, los de quienes trabajan en su taller en 1640.

Entre estos últimos se encontraba Ignacio de Ries, el autor de este lienzo, encuadrado hasta ahora dentro del mundo de los zurbanescos.

«La Reina de los Cielos» obra de Ignacio de Ríes

Comentario de la obra «La Reina de los Cielos» de Ignacio de Ríes

Ries nació en Sevilla en 1616, entrando en el taller de Zurbarán hacia 1635-1636, contando, según su propio testimonio, diecinueve o veinte años. En 1640 todavía trabaja en él, debiéndose haber establecido por su cuenta hacia 1641, fecha de su primer matrimonio.

Las obras que de él se conocían pertenecen todas a sus años de madurez, en los que su zurbanarismo se va impregnando de acentos murillescos. En 1653 firma las obras de la capilla del Capitán Contreras de la catedral de Segovia y, en 1661, la «Asunción» de la sevillana parroquia de San Bartolomé, las primeras pintadas a los treinta y siete años y la segunda a los cuarenta y cinco.

En las segovianas la impronta de Zurbarán es mucho más evidente, estando un tanto desvirtuada por haberse inspirado muy directamente en estampas,  a las que recurrió a lo largo de toda su carrera.

Como demostró el crítico Angulo, este lienzo también está copiado de una estampa, en su caso de una que reproduce hacia 1600 otra firmada en 1510 con las iniciales M.G., al parecer correspondientes a Matías Grunewald.

Su débito es total, diferenciándose sólo en pequeños detalles, siendo los más significativos los correspondientes a los tipos de los rostros, similares a los que Ries emplea en todas sus obras.

Ésta debió pintarla al poco tiempo de abandonar el taller de Zurbarán,  ya que su zurbaranismo es muy evidente, reflejándose tanto en el tratamiento del color y las luces como en el de las nubes y los paños.

De hecho, al ejecutarla debió tener muy presente la «Inmaculada » que central el retablo de San Pedro de la catedral sevillana, ejecutado hacia 1625-1630. Su cronología hay que situarla entre 1641, año de su boda, y 1653, fecha en que firma los lienzos segovianos, pudiéndose establecer provisionalmente en torno a 1645.

De ésa su primera etapa sólo se conoce por ahora este lienzo, si bien debió pintar otros muchos más. Dada su dependencia con respecto a las obras de su maestro, es más que probable que sean suyas algunas de las obras que todavía forman parte del complejo e intrincado mundo zurbaranesco.

Gracias al esclarecimiento de la autoría de esta  hasta ahora anónima «Reina de los cielos»,  toma cuerpo en ese mundo  la figura de Ignacio de Ries,  cuyo zurbaranismo queda más que patente.