1632, óleo sobre lienzo, 301 x 220 cms, Museo del Prado.
Comentario de la obra «Ixión» de José de Ribera
Forma parte de una serie de los «Condenados», que Ribera pintó imitando el estilo de un ciclo de Tiziano del mismo tema, encargado por María de Hungría. Los cuatro condenados -Ixión, Ticio, Tántalo y Sísifo-, que fueron castigados por su impiedad, desobediencia o ingratitud, fueron siempre entendidos como una seria advertencia a los monarcas que gobernaban por derecho divino.
En las «Metamorfosis «, Ovidio narra la historia de Ixión, en ocasiones llamado el Caín griego, quizá el primer hombre que mató a un individuo de su misma sangre. Además, había intentado seducir a Juno: la diosa había formado con Júpiter una nube con su semblanza e Ixión la había abrazado, generando así a Centauro y su raza.
El castigo por haber seducido a la diosa fue ser atado para toda la eternidad a una rueda, que unas veces aparece girando sola y otras accionada por una figura diabólica, como en este caso: la impulsa un sátiro de rostro congelado en una terrible expresión. Brown ha demostrado que el lienzo ha de verse en sentido vertical: solo así se muestra equilibrada la composición.
En 1675 Sandrart describió una serie de «Condenados» pintados por Ribera para un cliente de Amsterdam, Lucas van Uffel; cuenta que su mujer, Jacoba, dio a luz un niño deforme y que la causa fue la visión de aquellos cuadros, sobre todo el «Ixión «.
En1724, Palomino narra lo mismo añadiendo que los cuadros fueron luego trasladados a Madrid. Éste, hoy en el Museo del Prado junto al «Ticio», no formaba parte de la colección Van Uffel, sino que tiene otra procedencia: es el «Tormento de Ixión » que, junto con otra pintura, don Jerónimo de Villamena compró a la marquesa de Charela en 1634 para decorar el palacio del Buen Retiro durante las festividades de san Juan y san Pablo.