1643, óleo sobre lienzo, 235 x 160 cms, Musée des Beaux Arts de Nancy.
Comentario de la obra «El bautismo de Cristo» de José de Ribera
En el lienzo aparece Cristo recibiendo el sacramento de manos de Juan el Bautista; junto a él hay dos ángeles, uno mirando a la paloma del Espíritu Santo y el otro, que asoma la cara detrás del ala de su compañero, hacia el espectador.
Cristo está arrodillado ante Juan, con las manos cruzadas sobre el pecho y de tres cuartos hacia el observador. Ribera se ciñe a la iconografía tradicional, con el Bautista embelesado por la visión del Espíritu Santo, que desciende en forma de paloma.
El cuadro, con un horizonte bajo cerrado por montañas azules, es una de las obras más importantes de la fase de influencia en Ribera de los neovenecianos, que se consolidan en Italia a mediados del siglo XVII.
El realismo caravaggesco de sus años juveniles ha sido totalmente absorbido en una visión de equilibrio y calma clásica, que prepara el terreno para los logros más importantes y brillantes de sus últimos años, como la «Comunión de los Apóstoles » de san Martín.
El uso de un esquema compositivo sencillo y de actitudes esmeradamente articuladas, unidas entre sí por un juego de alusiones, hacen de esta obra una de las señeras del clasicismo napolitano, punto de referencia constante para la actividad de Bernardo Cavallino y Massimo Stanzione.
En 1742, Palomino menciona el lienzo en el convento de san Pascual Bailón de Madrid, junto con otros cuatro del artista, incluidos en un inventario de la colección de don Juan Alfonso Enríquez de Cabrera, virrey de Nápoles de 1644 a 1646.
Fueron donados a la iglesia de san Pascual por el hijo de Cabrera y por tanto es probable que, si bien el «Bautismo» no aparece en el citado inventario, hubiera sido encargado por el virrey para el convento madrileño.