1637, óleo sobre lienzo, 179 x 262 cms, Palazzo Corsini de Roma.
Comentario de la obra «Venus y Adonis» de José de Ribera
Representa un famoso episodio mitológico narrado por Ovidio en el Libro X de las «Metamorfosis»: Adonis, nacido de la corteza de Mirra, que había sido transformada en arbusto, se había convertido en un joven de rara belleza y apasionado por la caza.
Por error, Amor había herido a Venus con una flecha y la diosa se había enamorado del muchacho. Para Adonis, sin embargo, la pasión por la caza era más fuerte y a pesar de sus abrazos, caricias y advertencias, marchó a una cacería del jabalí que tuvo un final fatal.
El animal, enfurecido al verse atacado, le dio una dentellada que le produjo una herida mortal en la ingle. Acudió la diosa, pero demasiado tarde: no pudo sino realizar una de las frecuentes metamorfosis botánicas de la mitología, y transformó la sangre del amado en las rojas flores de la anémona.
Ribera muestra el momento más dramático del episodio: Venus corre desesperada al lugar del fatal suceso, hallando el cuerpo de su amado exánime en el suelo.
Junto a la diosa se vislumbra a una de sus palomas,que se vuelve a contemplar la tragedia, a la derecha se ve al perro del joven olisqueando su mano.
El manto rojo que cubre a Adonis se extiende en una línea que sigue el horizonte, saliendo en diagonal de abajo a la izquierda e incluyendo al joven, como para anclarlo al suelo.
El gesto de la diosa, con los brazos extendidos y las ropas agitadas por la carrera, repite la dirección diagonal del paisaje.
Ya a partir del siglo XIV algunos textos comparaban la muerte de Adonis con la de Cristo. En su famoso poema titulado «Adonis», Giovanni Battista Marino describe la herida mortal en el costado izquierdo del joven, igual que la de Cristo. En el cuadro, la herida es por el contrario bien visible en el costado derecho, justo encima del manto rojo.