1594-1595, Óleo sobre lienzo, 92 x 128 cms, Wadsworth Atheneum, Hartford, Conneticut
Es hoy el primer ejemplo de pintura religiosa de Caravaggio que ha llegado hasta nosotros.
Figuraba en la colección del cardenal Francesco Maria del Monte y se puede asignar a los inicios del pintor en el palacio del cardenal, es decir, entre 1594 y 1595.
Se trata de una ilustración del texto de Buenaventura que habla de san Francisco en el monte de la Verna, acompañado del hermano León y con algunos pastores alrededor del fuego, no muy alejados al fondo, a la derecha.
La postura del santo en éxtasis blandamente tendido entre los brazos del ángel y la ausencia de los estigmas indican la voluntad por parte del pintor de dar preferencia al aspecto espiritual del episodio.
La clave interpretativa interiorizada del éxtasis es reforzada por la atmósfera nocturna en que se desarrolla la escena y en la que el santo y el ángel son iluminados en primer plano por una luz mórbida que acaricia los tonos terrosos del color y hace aún más brillantes las veladuras blancas en que se desenvuelve el ángel.
La precisa representación de la figuración sobre la que se abandona el santo es asimilable a las contemporáneas realizaciones de naturaleza muerta de Caravaggio y hace pensar en una elección voluntaria , incluso simbólica, de las plantas representadas.
En las estrías doradas del cielo, al fondo, se reconocen todavía las deudas lombardovenecianas del pintor, que sin embargo ha desarrollado plenamente ya un lenguaje propio aún en el seno de la cultura clásica que alentaba en Roma, de la cual se vislumbra aquí un testimonio en la ejecución transparente del cendal, casi alejandrino, que cubre al ángel.