Comentario de «el Jardín de las Delicias Terreas» – El Bosco
Otra de las inolvidables obras maestras del Bosco es el llamado Tríptico del Jardín de las delicias terrenas (Museo del Prado, Madrid). Las pinturas exteriores de los paneles laterales representan la creación divina del mundo y contienen una inscripción latina procedente de los Salmos: «El dijo, y fue hecho; Él ordenó, y fue creado».
Una vez abierto, la estructura básica del tríptico recuerda a la del Tríptico del Carro de heno. En el panel izquierdo vemos el jardín del Edén; en primer término se halla Cristo entre Adán y Eva.
Aunque en esta ocasión el Bosco no representó el pecado ni la expulsión del Paraíso, pueden observarse una serie de curiosos detalles que dejan entrever que las cosas van a dar un giro desfavorable: justo en mitad del panel, un búho observa con aspecto siniestro; a la derecha del búho hay una extraña roca antropomórfica con aspecto de cabeza humana con una serpiente en las proximidades; y por último algunos animales se comportan de un modo inaceptablemente agresivo: un gato de aspecto exótico ha atrapado una rata, un león devora un ciervo, los pájaros y animales acuáticos se pelean.
Parte Derecha: El Infierno
En el panel derecho, el Bosco representó un infierno, sin duda alguna la más lúgubre y al mismo tiempo la más fascinante imagen del mundo de las sombras que se haya pintado jamás.
Basta con verla una vez para no olvidar el enorme monstruo que, como salido de una pesadilla, se yergue en el centro mismo del infierno, sobre piernas como árboles muertos y pies como barcazas, con una cabeza humana pegada a un cuerpo que combina el aspecto de una cáscara de huevo rota con el de un ganso desplumado.
La parte superior del panel derecho nos recuerda que, además de ser un ingenioso «hacedor de demonios», el Bosco también era un experto a la hora de pintar paisajes infernales. Si observamos el impresionante realismo con que están representados los fuegos fatuos y el contraluz, podremos afirmar sin reticencias que en esta obra el Bosco ha alcanzado la cumbre de su talento artístico.
El Panel Central
Lo mismo puede decirse del panel central, pero, a diferencia del derecho, la interpretación iconográfica de esta sección ha sido objeto de gran confusión.
Vemos una vasta llanura poblada por innumerables hombres y mujeres desnudos que parecen estar divirtiéndose y llevando a cabo una serie de acciones poco habituales: comen frutos gigantescos, se arrastran entre cortezas vegetales y conchas de mar, montan sobre enormes pájaros o se azotan las nalgas con flores los unos a los otros. La parte central del panel muestra un carrusel de jinetes masculinos a lomos de diferentes tipos de animales, dando vueltas en torno a un pequeño estanque lleno de mujeres bañándose.
En la parte superior de la pintura captan nuestra atención cinco edificios fantasmagóricos que desafían todo intento de descripción. Ningún experto ha negado que el hilo que une estos fragmentos es el del erotismo.
Una pequeña escena, oculta en la parte superior del panel, confirma esta impresión: en una cavidad situada al pie del edificio central, hay un hombra tocandole los genitales a una mujer.
No obstante, la pista para una correcta interpretación del tríptico en su conjunto se halla en otro lugar: en la esquina inferior derecha del panel central vemos a una mujer con una manzana y detrás de ella a un hombre que la señala acusadoramente con el dedo.
Obviamente se trata de Adán acusando a su mujer de haber introducido el pecado en el mundo, interpretación confirmada por el hecho de que los cuerpos de ambos están enteramente cubiertos de pelo.
La Parte Izquierda
El hombre que se halla detrás de Adán lleva hojas de parra en la cabeza. Ello significa que se trata de Noé, ya que las hojas de parra son uno de sus atributos tradicionales.
Una vez llegados a este punto, el resto de las piezas del puzle iconográfico se ensamblan con facilidad. Según las teorías medievales, la historia del mundo podía dividirse en varios periodos, el primero de los cuales iba desde Adán hasta Noé y el diluvio universal, periodo que se asocia con frecuencia a la decadencia moral y a la degeneración sexual.
De este modo, el significado global del tríptico queda claro: lo que se ve en el panel central es la depravación humana antes del diluvio, que es el resultado del pecado de Adán y Eva -en el panel izquierdo- y que contrasta fuertemente con la obediencia del cosmos de los paneles exteriores.
Todo ello pretende ser una edificante advertencia del Juicio Final dirigida a los contemporáneos del Bosco: el pecado y la lujuria acabarán por ser castigados en el infierno -panel de la derecha-. Se trata de un mensaje básico que se asemeja mucho al del Tríptico del Carro de heno.
Preguntas Frecuentes sobre el Tríptico «El Jardín de las Delicias»
¿Quién pintó el jardín de las delicias?
Este tríptico lo pintó Hieronymus Anthoniszoon van Aeken, conocido como «El Bosco»
¿A qué época pertenece la obra el jardín de las delicias?
Entre 1503-1515 Europa estaba sumida en la edad Moderna
¿De qué estilo es esta obra?
Pertenece al Renacimiento Europeo
¿En qué año se creó este tríptico?
El Bosco creó esta obra entre 1503 – 1515.
¿De qué trata el Jardín de las delicias?
El tríptico creado por Hieronymus Anthoniszoon puede tener tantas interpretaciones como figuras aparecen en la obra, sin embargo, a rasgos muy generales, podría tratar de una crítica a la sociedad del momento, la cual corrompe el paraíso terrenal y los termina condenando al infierno.