En el invierno entre 1946 y 1947, Jackson Pollock introdujo un cambio significativo en su obra: abandonó la pintura de caballete tradicional y comenzó su trabajo sobre telas extendidas en el suelo.
Comentario de la obra «Full Fathom Five» de Jackson Pollock
Pollock conoció la técnica del «dripping» en 1936, en el taller experimental del pintor mexicano David Alfaro Siquieros (1896-1974), y la aplicó en 1943 en «Composition with Pouring II».
Es cierto que Hans Hofmann y algunos surrealistas como André Masson y Max Enrst habían experimentado antes que él con esa manera de aplicar la pintura, pero como declaró William Rubin en 1967: «No se trataba del mero hecho de chorrear, verter o salpicar, sino de lo que Pollock hacía de ello».
Pollock describió minuciosamente su proceso pictórico en un artículo destinado a la revista «Possibilities», cuyo único número apareció en aquel invierno: «Mi pintura no sale del caballete.
Difícilmente extiendo la tela antes de pintarla. Prefiero clavarla con tachuelas en la pared dura o en el suelo sin extenderla. Necesito la resistencia de una superficie dura. En el suelo me encuentro mejor.
Me siento más cerca del cuadro, soy más parte de él pues puedo moverme a su alrededor, trabajarlo desde los cuatro lados y, literalmente, estar en la obra. Es un método parecido al de los indios pintores de arena del oeste».
En lugar de los instrumentos tradicionales como el caballete, la paleta y el pincel, Pollock utilizaba para las técnicas del «dripping » y del «pouring» palos, espátulas, cuchillos o recipientes con los que goteaba o derramaba la pintura sobre el lienzo sin tocarlo directamente. En ocasiones mezclaba la pintura con otros materiales como arena o trozos de vidrio.
Mientras el interés de los intérpretes actuales refuerza la parte de control y de dirección del proceso pictórico, Pollock acentuaba el automatismo de su manera de proceder, que acusaba la influencia del dibujo automático del surrealismo. «Cuando estoy en mi cuadro no soy consciente de lo que hago.
Sólo veo lo que he logrado tras una especie de fase de «toma de conciencia». No me da miedo hacer cambios, ni destruir el cuadro, pues la obra tiene vida propia. Trato de dejar que sobreviva. El resultado es un caos sólo cuando pierdo el contacto con el cuadro. Si ésto no sucede hay plena armonía en un intercambio sin esfuerzo, y el cuadro sale bien».
Como descubrió una radioscopia del taller de restauración del MOMA realizada en los años noventa, la malla de las capas superiores de «Full Fathom Five» («Cinco brazas de profundidad») encubre una figura realizada con pintura que contiene plomo.
Los objetos incluidos en el cuadro, por ejemplo la llave o los botones, están colocados en relación con la figura oculta, como se ha podido comprobar a través de la radioscopia.
Atendiendo a una sugerencia del escritor Ralph Mannheim, Pollock tituló su cuadro «Full Fathom Five» citando un verso de «La tempestad» , de William Shakespeare, que alude a la figura oculta bajo el tejido de las capas de pintura: «A cinco brazas de aquí/ yace el cuerpo de tu padre./ Corales son ya sus huesos, perlas sus ojos./ Nada de él se ha dispersado./ Todo él en mar se ha transformado/ y es todo hermoso, y es todo extraño».