1610, óleo sobre tela, 142 x 193 cm, National Gallery of Art, Washington.
El excepcional lienzo inacabado que actualmente atesora la National Gallery of Art de Washington, es la única versión del Laocoonte ejecutada por el Greco que se ha conservado, de las diversas que pintó.
Obra de el Laocoonte – Análisis y comentario
Realizada en los años finales de su vida, la singular interpretación del castigo de Laocoonte plasmada por El Greco ofrece la extrema libertad de ejecución característica de la última manera del pintor, cuyas aportaciones conocidas a la pintura de asunto mitológico se reducen al cultivo de este expresivo y sobrecogedor tema (el troyano Laocoonte, sacerdote de Apolo, halló la muerte con sus dos hijos por haber atacado al enorme caballo de madera que los griegos habían ideado para conquistar la ciudad de Troya, sometida a un largo asedio; la diosa Minerva se vengó de la afrenta de Laocoonte enviándole dos serpientes que surgieron del mar).
El lienzo de El Greco representa el momento culminante del castigo divino impuesto al sacerdote de Apolo. La escena de la desesperada lucha de Laocoonte y uno de sus hijos con las serpientes en presencia del otro hijo, ya muerto, participa de un intenso dramatismo.
La súplica del hijo que alza la cabeza al cielo mientras trata de impedir la fatal mordedura en el costado, el terror que expresa el rostro de Laocoonte, cuyo cuerpo derribado está a punto de ceder en su terrible esfuerzo contra la serpiente que se acerca a su sien, y lo inerme del hijo yacente, se inscriben dentro de un círculo imaginario, suma de curvas y contracurvas, contrarrestado por la verticalidad de las dos figuras de la derecha (inacabadas y que permanecen impertérritas ante el desarrollo de la escena) y la suave inclinación del horizonte del paisaje. Una espléndida vista idealizada de Toledo, bajo un tormentoso cielo, hace las veces de Troya.